

Recuerdo algunos años atrás… no sé, tal vez tendría unos 13 años
de edad, yo veía novelas y tapaba mis ojos con las manos para no ver las
escenas eróticas, pero abría mis manos un poco por curiosidad. Recuerdo, que
aun estando virgen, estimulaba mi clítoris hasta llegar al orgasmo, y que me
gustaba ver como las parejas se besaban y tocaban en los parques a los que iba.
Sé que no soy la única
mujer a la que le encanta masturbarse y también se que muchas lo hacen, se que muchas mujeres
niegan ver porno, cuando es delicioso masturbarse frente al portátil mientras
se deleitan a los ojos con él, adicional, también se que muchas mujeres en las
noches, antes de irnos a dormir, tocamos nuestro clítoris
imaginando ver la cara de alguien morboseandonos mientras nos penetra con
abundantes ganas.
Muchas mujeres niegan la
masturbación, niegan el ver porno, niegan fantasear por el miedo a ser
juzgadas, escucharan cosas como:” Yo no me masturbo
porque no tengo la necesidad de hacerlo”, “Solo las perras se masturban”, “Se
masturba porque está enferma”. ¿Quién dijo que
masturbarse es una necesidad?, ¿Quién hizo de la masturbación una simbología
para “perras”? O ¿Quien decidió asumir la masturbación como una enfermedad?
Masturbarse es
delicioso, amo hacerlo, amo tocarme, amo saber lo que me gusta, amo ver porno
en las noches y fantasear cuanto pueda; ¡Todas lo amamos!, todas nos hemos
masturbado o al menos hemos pensado hacerlo, todas hemos tocado nuestro
clítoris pensando en alguno de ustedes y yo me siento feliz, autentica y
plácida al poder gritaron y compartirlo con el mundo; no más al tabú de la
masturbación, basta de no asumirlo, basta de ocultarles a los hombres que en
realidad nos encanta el sexo, incluso a veces más que a ellos.
Somos las mujeres
capaces de tener varios orgasmos en una misma relación sexual y somos tan
estúpidas de no disfrutar y aprovecharnos de eso, o tal vez somos tan solapadas
de negar que nos encanta.
Hace algún tiempo tuve
una reunión en casa de una amiga y estaba aquel chico que me encantaba, tenía
novia y yo quería revolcarme con él, en cama. Era del auténtico chico fiel,
incapaz de insinuarse inescrupulosamente a otra mujer, sin el consentimiento de
la novia. No me quedo de otra, fantasee en el baño de la casa de mi amiga,
imaginaba el millón de cosas que podría hacerme y me masturbe, lo deseaba con
tantas ganas que llegue en cuestión de minutos.
Me masturbo porque estoy
aburrida, porque quiero dormir toda la noche, porque no he tenido sexo por
algún tiempo, porque me encanta fantasear con algunos artistas, porque me
fascina el chico de mi barrio, porque no puedo dejar de morbosearle a alguien
cuando le veo, porque me gusta mirar porno, porque tengo mil excusas para
hacerlo.
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